20/1/12

# 4

El 20 de octubre de 2011 tenía 18 años, estaba triste. Me levante muy temprano y me llamaste amanecido porque querías acompañarme al medico, tenía que ir ese día, te dije que no porque no llegabas a tiempo. Fue raro porque, aunque sabias que era un estudio de rutina, por alguna razón sabias que esta vez algo iba a salir diferente, no sé si bien o mal, pero no como antes. Me despedí y te dije que te iba a llamar apenas sepa los resultados. Llegue temprano y tenía turno para las 11 en punto, espere solamente 10 minutos y me llamaron. Me llamaron y entre al consultorio, "¿Para qué es la ecografia?", me pregunto el obstetra, "Es control, es solamente para ver si mi cuello uterino esta bien, tengo problemas hormonales, la menstruación me baja cada tres meses a veces y otras veces dura bastantes días". Me recoste en la camilla y mire el monitor mientras pensaba en qué se sentiría ver un bebe ahí dentro, ver como se mueve, reír, algo que nunca había hecho durante una ecografia porque todas eran para lo mismo, eran para ver si tenía un coagulo que me impedía menstruar. En las ultimas semanas había sufrido dolores menstruales y lo más probable era que me dijeran que tenía un quiste o algo así. Ni siquiera me emocionaba mirar la pantalla para ver el interior de mi útero, así que solo me recoste y deje que el doctor haga su trabajo. Esta ecografia era distinta, no era por encima de la panza, te insertaban una sonda para que se vea con más claridad. Era molesto y me sentía algo rara, eso me desanimaba aún más. Pensaba en cómo decirte que de seguro tenía un quiste o algo así, solo para decirte que era una mina que carecía de buena salud en los órganos sexuales, solo para seguir diciéndote que dudaba mucho que algún día lleguemos a concebir un hijo. Me dolía pensar en aquellas cosas, sentía que te defraudaba y comprendía, a veces, que no quisieras acompañarme al medico o que no llegaras a tiempo. Seguía siendo molesta esa sonda y se me ocurrió mirar al monitor, se veía raro el interior, no lo recordaba así de la ultima ecografia. Vi que el aparato capto algo que se movía. "Ah, estas embarazada" me dijo el obstetra... Me detuve mejor a ver al monitor y había una figura, parecida a la de un poroto, con patas que parecían de rana que no paraba de moverse de un lado a otro, lloré de emoción. Sentí como toda angustia, duda o miedo desaparecía totalmente y no podía esperar a salir de ahí y contártelo. Cuando al fin te llame, parecías preocupado, decepcionado, como si tuvieras ganas de que la tierra te trague. Cuando te vi, una hora después masomenos, tuvimos una discusión y te pedí que te vayas de una vez, que me dejes sola, que no vuelvas, tenía tanto miedo. Después de discutir sonreíste y tocaste mi panza, todavía era chata, me dijiste "Felicidades, vamos a ser papás" y me quisiste abrazar, pero yo no quería. No quería un abrazo porque tenía miedo, no quería que estés para después irte. Pero me deje abrazar, aunque sabia que te iba a necesitar constatemente a partir de ese momento. Te veías bien y no parabas de tocarme la panza, y me dijiste "Vas a ser una MUY buena madre Rocío"... después peleamos y te fuiste, como tanto temí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario